Instituto Paz y Solidaridad Serafín Aliaga de CCOO | 21 noviembre 2024.

El valor añadido de la cooperación sindical

    Conoce a través de este informe, en qué consiste la cooperación sindical

    04/07/2022.
    Portada Informe Cooperación sindical

    Portada Informe Cooperación sindical

    Gracias al apoyo de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional, CCOO de Extremadura y el Instituto Paz y Solidaridad de la Fundación 1 de Mayo, lanzan este informe, cuya elaboración fue encargada a Tejiendo Ideas SL. A través de una perspectiva dialéctica, se persigue generar un conocimiento dinámico, en red y transformador de la realidad.

    El informe contiene una muestra de fotografías del Archivo Histórico de la Fundación 1 de Mayo, intercaladas con imágenes tomadas por el equipo de Paz y Solidaridad en los diferentes países donde sus acciones de cooperación han sido realizadas.

    Extracto:

    Las organizaciones sindicales deben jugar (y juegan) un importante papel en la promoción del desarrollo humano sostenible y de la gobernanza. Como organizaciones sociales totalmente vinculadas a los sectores productivos, ofrecen una visión diferenciada al sector de la cooperación para el desarrollo: participan en el desarrollo de las políticas laborales y económicas, en la promoción del empleo y el trabajo decente, de la igualdad de género, la transición justa, la Salud y Seguridad en el Trabajo, etc. Tienen una alta representatividad, también una importante experiencia en el trabajo coordinado de manera tripartita, con amplai experiencia en el diálogo social y la negociación colectiva… Son, sin duda, entidades clave para una redistribución equitativa de la riqueza.

    “Los sindicatos son actores de pleno derecho en el desarrollo. A través de su labor cotidiana en defensa de la libertad sindical y los derechos de negociación colectiva, participando en el diálogo social y promoviendo el trabajo decente, los sindicatos resultan esenciales para lograr un desarrollo sostenible” (RSCD de la CSI).

    Según Alonso (Alonso et al., 1999) a las organizaciones sindicales de personas trabajadoras les cabe una triple función de apoyo a la política de cooperación:

    1. En primer lugar, pueden unirse, de una forma organizada, a las acciones de desarrollo, al igual que el resto de los agentes sociales, contribuyendo con sus recursos y capacidad humana y técnica a intervenciones directas en este campo.
    2. En segundo lugar, están en condiciones de realizar una decisiva actividad en materia de sensibilización, creación de conciencia y Educación para el Desarrollo (EpD) y Educación para la Transformación Social (EpTS) tanto con sus afiliación como con los colectivos de personas trabajadoras.
    3. En tercer lugar, tienen un papel clave en el respaldo a la organización sindical en el mundo en desarrollo, potenciando la capacidad técnica y organizativa de estas instituciones y respaldando su participación en los procesos de diálogo social.

    Son funciones que no se contraponen entre sí, sino que se asumen más como distintas dimensiones de una misma acción: la cooperación sindical. Ejemplo de ello es el relativamente nuevo (y al alza) fenómeno de asociacionismo internacional de los sindicatos con vistas al incremento en la escala e impacto de sus acciones de cooperación internacional para el desarrollo. 

    (...)

    La cooperación sindical para el desarrollo tiene como principal objetivo el combate a la vulneración de los derechos laborales (sindicación, huelga, reunión, prevención de riesgos, etc.). Junto a este objetivo central surgen una serie de prioridades como la extensión de la negociación colectiva, el fortalecimiento del diálogo social, la lucha contra la informalidad laboral, la promoción del trabajo decente como elemento imprescindible para el desarrollo, el fortalecimiento de las organizaciones sindicales de países socios y la creación de redes que enfoquen los problemas de la población trabajadora de forma global.

    Además, en las últimas décadas los sindicatos han incorporado a sus objetivos principales una serie de demandas y actuaciones de denuncia y presión política sobre el impacto de las empresas transnacionales, la firma de acuerdos de libre comercio que precarizan las condiciones de los trabajadores y trabajadoras, el cumplimiento de las normas laborales internacionales y de los convenios suscritos en el ámbito de la OIT y reivindicaciones sobre desafíos globales que afectan al mundo del trabajo (cambio climático, crisis humanitarias, desplazamientos forzados, migraciones económicas, discriminaciones y desigualdad de género, regulación fiscal en entornos laborales digitales, juventud, etc.). Esta incorporación de nuevos objetivos no es más que el reflejo de la adaptación del primigenio concepto de “solidaridad internacionalista” a otro de desarrollo sostenible en paralelo a los cambios en las políticas de cooperación y en sus nuevos enfoques como la Agenda 2030 (Ovejero, 2019). 

    Mención especial merece la inclusión del enfoque de género en el ámbito de la cooperación sindical, tanto desde el punto de vista interno como externo. Internamente, se hecho un esfuerzo considerable por promover la participación, el liderazgo y la capacidad de toma de decisiones de las mujeres dentro de los propios sindicatos, alejándose de la visión que tradicionalmente se ha tenido de estas entidades como estructuras muy masculinizadas. Desde el punto de vista externo, y con la creciente incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, se han ido incorporando nuevas temáticas, como las relacionadas con la promoción de los derechos de las trabajadoras, la igualdad salarial, la formalización de las trabajadoras domésticas o las inversiones en la economía del cuidado, entre otras áreas.